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PERFORMANCE: NO SOLO LAS BOMBAS MATAN

"Una multitud huye en grupo, a cámara lenta, por el Paseo de la Castellana. Llevan maletas, mochilas y bolsas. Lo justo. ¿Qué es lo justo? Desde luego no lo es el estar condenadx a correr delante de la muerte. Un grupo de músicos les acompañan. Los músicos/as van subidos en una plataforma movediza que dicha multitud va arrastrando. Es la banda sonora de la guerra. Derrumbamientos, explosiones y disparos guían sus pasos. Los esquivan, sortean, tratan de refugiarse. Refugiarse. Muchxs de los desplazadxs van contando su historia mientras huyen, se solapan, se escuchan solas, se dicen en canon, una por una... Algunxs caen en el intento. Se pinta en rojo su silueta en el suelo, Se les quitan los zapatos y se les pone un cartel dónde puede leerse su historia. Otrxs logran llegar. Se quitan los zapatos y los amontonan unos sobre otros. Abren sus maletas y sacan decenas de zapatos, de todxs los que nunca consiguieron llegar, llenos de polvo y sangre. Se crea una montaña de pies perdidos, de pasos forzados, de éxodo, olvido y lucha. Es entonces cuando se encuentran con el muro, la valla, la concertina, el tratado, la espera, la farsa. Nuestro edificio de la Comisión Europea, representa todo esto. Un grupo de gente robotizada intenta taparles con folios donde ponen las estadísticas , las cifras, los números que acumulan las guerras. Tratan de tapar las voces, las historias, las vidas, con miles de números. La multitud intenta atravesar el muro invisible que hay antes de la puerta de entrada de la comisión europea, de diferentes formas, y una y otra vez, una gran fuerza invisible los expulsa hacia atrás. Algunxs tratan de trepar ayudándose unos a otrxs, o pisándose para asegurarse el puesto. Pero son igualmente expulsados. Tras muchos intentos, la fuerza de las expulsiones va siendo cada vez mayor, hasta que unx a unx, van cayendo muertos en el suelo. Todo a cámara lenta. Mientras todo esto sucede, continua la banda sonora, ahora como simbolo de rechazo, repulsa y olvido. Se escucha un poema de cierre que hace un alegato al valor de los cuerpos, a los muertos silenciados, a las vidas convertidas en cifras.


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